viernes, 12 de mayo de 2023

Versiones y rebotes, prácticas habituales en la prensa deportiva

Contrastar con al menos dos fuentes debería de ser una práctica esencial en el periodismo, explicábamos en el anterior post. Pero esto nos lleva a otra disyuntiva: ¿qué hacer con una información de una única fuente fiable, que tiene muchos visos de ser real y que no se puede confirmar? No se debería de publicar, pero se puede entender que al periodista en cuestión le fastidie no sacar rédito de algo en lo que ha trabajado. Este es uno de los supuestos donde entra en juego una práctica muy extendida en la prensa deportiva: las versiones.

Ante la dificultad para contrastar la información, algo que los medios deportivos hacen muy a menudo es contar las versiones de los protagonistas y dejar que los receptores saquen sus propias conclusiones. Ya sea dándoles voz mediante entrevistas o mediante noticias relatadas por el reportero. Es decir, no pueden publicar que algo ha pasado pero sí que el protagonista dice que ha pasado. Por poner un ejemplo ya citado, en el caso del no fichaje de Mbappé, consistiría en contar: "El Real Madrid piensa que Mbappé vendrá este verano" en vez de "Mbappé será blanco este verano". Es un matiz que tiene su importancia.

Como consumidor de información deportiva, recibo a menudo versiones y me parece que son lícitas, pero que entrañan ciertos riesgos y y los periodistas deben tener cuidado. Por ejemplo, cuando dan voz a una versión que es descabellada y no tiene ningún indicio de realidad. También cuando solo se da la versión de una parte y, muchas veces repetida, puede conducir a error. Creo que la línea es difusa y, los periodistas, me temo que muy a menudo inducidos por el "tirar para adelante", deberían de tener más precauciones de las que tienen.

Los rebotes: lo repetido una y mil veces

Otra práctica muy habitual en el periodismo deportivo (en otros sectores creo que también) son los rebotes. No deja de ser una variante de las versiones, pero en este caso la versión es de otro medio de comunicación. Es decir, contar una supuesta exclusiva procedente de otro medio tal cual ese medio la publica (citando, por supuesto). Antes de reproducirla sería deseable tratar de contrastarla y, si no es posible, analizarla y valorar su fiabilidad. 

Está claro que no se puede considerar una mala práctica, pero suelen ser informaciones de mucho impacto y mucho recorrido, que muchos medios rebotan y que los receptores, al verlas tantas veces en tantos medios distintos, pueden dar veracidad sin más. Por no hablar del perjuicio causado al interesado si es una información negativa. Por lo tanto, se puede inducir a error a los receptores y luego la información exclusiva del medio original no ser verídica. Por todo ello, antes de difundir se deben valorar los riesgos.

Es habitual que este tipo de informaciones provengan de medios extranjeros, por ejemplo en materia de fichajes. Este tipo de noticias a menudo después no se suelen cumplir, pero los fichajes generan multitud de clics (del clickbait hablaremos en otra ocasión). Hay que tener en cuenta que a veces las fuentes juegan con los periodistas, transmitiéndoles algo porque saben que lo contarán y le será de utilidad para, por ejemplo, su negociación en un fichaje. Esto no es una excusa para los periodistas, sino una práctica que les obliga a extremar las precauciones.

¿Qué pensáis vosotros? ¿Dónde está el límite entre las prácticas lícitas e ilícitas?



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