domingo, 30 de abril de 2023

Mi vida de opositor (I): primer intento en la Xunta

Mi vida de opositor ha sido larga y dura. Un camino plagado de obstáculos, pero que finalmente me ha llevado hacia mi objetivo. Ya adelanto que el post de hoy (y los siguientes) va especialmente para los actuales opositores: ¡mucha suerte! No os desaniméis: es muy probable que podáis aprobar y tener vuestra plaza mucho antes que yo. Decía en la introducción que seguramente podréis pensar que 7 años son demasiados para aprobar unas oposiciones a auxiliar administrativo. El principal escollo ha sido siempre el mismo: la informática. A continuación iré profundizando en los detalles.

La decisión de opositar

Mis peripecias como opositor empezaron en el verano de 2015. No me habían renovado un contrato de 6 meses a tiempo parcial, estaba harto de trabajos temporales y precarios, y en ocasiones incluso de colaboraciones gratuitas. No había conseguido asentarme en el periodismo deportivo. Había perdido la esperanza y durante la primavera pasé un tiempo anímicamente muy malo. Ahí fue donde la seguridad de tener un trabajo de por vida me cautivó. En junio salieron plazas para auxiliar y administrativo de la Xunta, y ahí me lancé. Busqué academia en Vigo, por el volumen de temario deseché administrativo y me centré en auxiliar.

Primer examen serio

Después de un año de estudio (solo en casa), tras muchas horas dedicadas, muchos conocimientos adquiridos, muchos tests a mis espaldas, pero también un cacao monumental en la cabeza, fui a examen. Cabe señalar que en febrero de ese año 2016 había ido por probar a auxiliar del Estado y el examen me había parecido accesible. Cerrado este paréntesis, nos situamos en la tarde del viernes 17 de julio de 2016 a las 16:00 horas, bajo el sol tórrido del Recinto Ferial de Silleda. 

Más allá de los nervios inherentes, la cosa no fue mal: aprobé con la penúltima peor nota antes del corte. Es decir, el corte estuvo en 67 (sobre 90) y yo obtuve 68. Hasta septiembre no supimos las notas. Aquí constaté una característica de las oposiciones a administrativo o auxiliar: la demora interminable de los procesos y la desinformación y angustia con la que la vivimos los opositores. Esto ocurre en todas las administraciones, pero si cabe, según mi experiencia, aún más en Xunta. 

Informática

Desde el examen teórico íbamos a informática en la academia dos tardes por semana, y el segundo examen no fue hasta el martes 22 de diciembre, en vísperas de Navidad. Esta vez en Silleda tocaba frío y lluvia. Había que responder 20 preguntas de Word, Excel, Writer y Calc con la ayuda del ordenador en 40 minutos. Fue uno de los días que pasé más nervios de toda mi vida. Después de haber trabajado mucho los 4 programas, nos encontramos con unas preguntas inabordables. Fue una sangría. En este punto cabe señalar que la Xunta es muy enrevesada preguntando, nada clara (también en leyes), amante de enunciados largos y confusos y respuestas largas donde a veces la diferencia radica en una o pocas palabras.

Creo recordar que la mejor nota fue de 12 preguntas sobre 20, el corte osciló siempre por debajo de las 10, hubo cambios de respuestas y anulaciones y al final el proceso terminó en el Contencioso. Una chapuza. Para que os hagáis una idea, mi nota final creo que fue 4 sobre 20. Recuerdo la desesperación de l@s compañer@s opositores que volvíamos en el autobús de vuelta. Fue la primera batalla perdida, a la que acudí sin demasiadas expectativas, pero mi vida de opositor tenía aún muchos capítulos por delante.



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